Un poco de mi trabajo diario en prensa, libros, proyectos personales y demás locuras de mi incansable mente. iidisfrútenlo!!


junio 23, 2014

No extraña



No extraña (Columna Trompo en la uña, diario La Región 22/06/2014)  

Cuando vemos a un miembro del gobierno, o en este caso un ex miembro del gobierno, denunciar lo que todos aquellos que no comulgamos con el “abc” del oficialismo sabemos, es como vivir la crónica de una muerte anunciada.

Que Giordani, luego de recibir una soberana patada en el trasero salga a decir que Nicolás carece de liderazgo y que solo repite cansinamente las palabras del comandante, igual de incoherentes, como manera de gobernar, no sorprende para nada. No es novedad enterarnos que más de 25.000 mm de dólares se perdieron con el cuento del control cambiario implementado por el difunto en la época de las vacas gordas, pues esto se ha denunciado y era obvio a todas luces. No alarma saber que Nicolás y su gobierno de calle reparten millones en nada, pues no existe la adecuada fiscalización o control para conocer para qué es la plata que se regala, aunque en el fondo, todo sabemos que el porqué es uno: callar a los molestos que puedan resquebrajar su permanencia en el poder.

Las pasadas elecciones en Colombia mostraron una transparencia, credibilidad, rapidez que viene a complementar la carta tardía de Giordani, un hombre cuyo curriculum y sapiencia es admirada y atesorada en la UCV, pero que sus hechos distan de sus grandes libros, hoy depositados con polvo en las bibliotecas de esta casa de estudio. La transparencia que desnuda a nuestro sistema electoral, radica en la realidad, acá lejana, que cualquier persona, incluyendo los medios, puedan observar cómo se realiza el conteo de votos, la totalización por departamentos (acá estados) y en cuestión de minutos ver boletines progresivos hasta obtener el resultado definitivo con una velocidad pasmosa. La credibilidad es total, cuando podemos saber que los veedores internacionales pueden acceder a todo el proceso sin ser coartados, que todos los medios públicos y privados, nacionales e internacionales tienen acceso a la información de manera verás, dejando mal parado al CNE y todos los procesos realizados en el país, gane quien gane, y más si el vencedor ha sido, de manera dudosa, el gobierno.

En cuestión de un poco más de una hora, luego de las cuatro de la tarde, se conocían los resultados definitivos en un proceso que dista, en teoría, de la tecnología de la que se jacta Tibisay, quien por cierto no es rectora, así como ninguna de las autoridades del poder electoral desde hace más de un año, pero aún así, sigue ejerciendo como tal.

El hecho de que Luis Chataing salga del aire por su humor mordaz contra el gobierno no extraña. Que Televen, Venevisión acepten hincados las órdenes del mandamás del país, Diosdado, y que hasta el primer medio mencionado, ya sea de capital socialista, como se rumora, no sorprende. Es un secreto a vox populi que casi todos los medios privados han sido absorbidos por el gobierno en su afán de cerrar ventanas de información, y que la oposición ha sido vetada con la nueva línea editorial de éstos, aunque no lo necesiten mucho, pues trabajando como islas son completamente invisibles y estériles. Que se use la no aprobación de divisas para papel periódico, como manera de debilitar a la prensa no extraña para nada, los medios languidecen en medio de la pasividad y el conformismo de propios y extraños,  pero esto no es de extrañar.

Lo único que sorprende es que las personas no reaccionen. ¿Qué le pasó al “bravo pueblo”? Al parecer se quedó dormido en los libros de historia, ahora, manipulados descaradamente. Al bravo pueblo se le terminó la furia por la justicia, por la vida digna y por derechos. De lado y lado el conformismo y la aceptación hacen que el velo se haga más sólido en los ojos de cada uno, y aunque Giordani, resentido, arrepentido o asustado por no tener ya la protección del círculo rojo, salga del paso, afirmando su amor por el comandante, pero sus diferencias con el heredero elegido dedocraticamente, los hace despertar.

Las denuncias de Giordani, así como el audio de Marios Silva, las canciones de Walid Makled, deberían ser una alarma y un detonante para aquellos que, ciegamente, creen en el cuento del socialismo bolivariano. Que el vicepresidente diga campantemente que “El modelo económico no ha fracasado, apenas está naciendo”, luego de 15 años de un deterioro progresivo, debería ser tomado como lo que es, una burla, y generar una reacción en cadena de descontento.  Pero increíblemente el país aún sufre el legado de un encantador de serpientes que no permite un despertar colectivo para clamar por lo que merecemos, una vida digna. A veces me pregunto si no será que ya lo saben, lo viven muchos, pero la soberbia de decir, me equivoqué, es más poderosa que nuestro amor propio y nuestra dignidad. Esa quizás sea la respuesta a mi interrogante… ¿cómo no oponernos a la miseria que nos imponen?

En esta área no solo no se aprobó lo propuesto, sino que se inició una nueva oleada de grandes gastos sin los requisitos diseñados”;Resulta doloroso y alarmante ver una Presidencia que no transmite liderazgo, y que parece querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia, de los planteamientos como los formulaba el Comandante Chávez, y en el otorgamiento de recursos masivos a todos quienes lo solicitan sin un programa fiscal encuadrado en una planificación socialista”, “A la luz de estos hechos surge una clara sensación de vacío de poder en la Presidencia de la República, y concentración en otros centros de poder”. Giordani.


Las mentiras tienen patas cortas, lo construido en medio de la mentira carece de bases. El socialismo bolivariano careció desde un inicio de fundaciones doctrinales. Un socialismo, marxismo, cristianismo, bolivarianismo mixeado, sencillamente se resume en todo lo que he nombrado y lo que afirma Giordani. Lo graves es que la gente no reaccione. El cura dice misa, sin tiene quién lo escuche. 

Fernando Pinilla

junio 18, 2014

Expo, "Pinilla con censura y sin ella"

Una hermosa oportunidad de protestar  por medio de mi lápiz. Gracias de verdad a todos los que han apoyado esta actividad.
















junio 12, 2014

Los duros del mundial!!

Mi homenaje a  los duros del mundo, en este Mundial 2014. (Barajitas del álbum del diario Meridiano)



junio 01, 2014

Maracaibo marginada



Maracaibo marginada. (Columna Trompo en la uña, diario La Región 01/05/2014)  

Un pueblo noble y creyente fe reclama, y entristece la penumbra en su dolor, casi se esconde de su sol como apenado, por el olvido en que se encuentra su región… Recuerdo el intro de la canción de Ricardo Aguirre mientras camino bajo el sol abrasador que hace arder el asfalto. Maracaibo en su centro luce desolada, el taxista que nos lleva del hotel a la basílica, manifiesta que es un fenómeno de los fines de semana, sin embargo el calor parece la respuesta más acertada a la soledad que le da un aire de pueblo fantasma a la capital zuliana.

Recorremos El Saladillo y la parroquia Santa Lucia buscando el origen de las gaitas que tantas navidades nos han dibujado una ciudad llena de esquinas emblemáticas, de locales típicos, de tradiciones simples y de un orgullo desbordado. Sin embargo, Maracaibo es como una extensión de luces navideñas intermitentes. 

Algunas fachadas aun conservan la identidad marabina, otras lucen destrozadas, desoladas, olvidadas, no sólo por las autoridades, sino por los propios lugareños.  Los rostros de los candidatos a alcaldes son la decoración entre pilas de basura, mientras alcaldía y gobernación compiten con vallas y murales a ver quién hace más por la ciudad, pero la realidad es otra. Caminamos presas del psicoterror que los taxistas nos han infundido al escuchar nuestro acento caraqueño, o al identificarnos de manera alegre como tales. No sabemos si la inseguridad es cierta o no, pero nos invitan a no recorrer el centro, aún así, lo hacemos. 
¿Cómo se conoce un sitio sin recorrerlo? Hacemos caso omiso de las advertencias, quizás porque nos parece injusto estigmatizar a la capital del sol amado y privarnos de ver la raíz de su cultura, de su identidad. Maracaibo es dicharachera, colorida, espontanea y así la queremos sentir, aunque sus ciudadanos no se muestren abiertos y corteses, como decía la gaita, con el turista.

La misión era devorar lo que queda de El Saladillo y así lo hicimos, aunque simplemente encontremos sol y abandono. Recorremos las iglesias emblemáticas, nos perdemos por callejones en busca del empedrado de Santa Lucia, que ya no existe, las fachadas coloridas, que fueron abandonadas y lucen como una ciudad post apocalíptica. Aún así encontramos lugares simpáticos como, El popular Jesús Ríos, con sus raspados de pulpa de fruta, 100% natural que nos ayudan a mitigar el calor; A que´luís, lugar lleno de historia gaitera y otros más. Sin embargo es poco. Como sucede en Venezuela, nuestra identidad se pierde y “a su amada capital, Marabino ni su astucia, del caos la ha podido salvar”.

Escombros apilados en el centro, lugar histórico y turístico, nos entristece, nos hace ver con dolor el abandono de las gestiones políticas que el gran Ricardo Aguirre denunciaba en sus gaitas. Nada ha cambiado ni con le derecha o izquierda al poder, Maracaibo es reflejo de la demagogia y de la falta de cultura de sus propios ciudadanos, no todos, pero si un gran sector. Es norma en Venezuela que ningún centro de ciudad pueda lucir como el centro de Buenos Aires, Bogotá, Lima, Quito, Cartagena; atestado de lugares típicos, tiendas famosas y una actividad económica que invite al turista a visitar la ciudad. Si no hubiéramos llevado una guía en el grupo, habríamos terminado en El Sambil, pues Maracaibo no tiene una ruta turística para exportar.

El milagro es, quizás, un oasis en medio de tanta intermitencia, entro lo bueno y lo feo, lo moderno y lo anticuado, lo cuidado y lo destruido, pero es poco para una capital tan rica, para un estado tan poderoso, y tan contradictorio. Cuando recorremos El paseo del lago y nos asfixiamos con la podredumbre de la quebrada que desemboca en el Lago, nos duele su hermoso ecosistema, cada vez más destruido. 

Maracaibo es el ejemplo de lo que es el país, de nuestra descomposición, de nuestra falta de progreso, pero al mismo tiempo del potencial que se pierde por culpa de gobiernos regionales disociados, divergentes en sus objetivos y metas, y un gobierno nacional que se llena la boca hablando de socialismo y la única igualdad que busca, es hacernos estar mamando a todos. Sólo un ejemplo: una noche en el hotel Venetur de Maracaibo, que no lo construyeron ellos, sino lo robaron, cuesta para una pareja, 2300 Bsf. ¿Socialismo? En el aeropuerto La Chinita, un kilo de queso palmito cuesta 300 Bsf, el único tipo que hay; en San Antonio de los Altos lo consigo en 170 Bsf, y está caro, si nos sinceramos a hablar de bolívares reales, 170.000 Bs y de cuánto es un salario mínimo. ¿Socialismo?

¿Cómo se hace turismo si los taxistas en el aeropuerto La Chinita quieren ser más vivos, robando al turista, y quieren cobrar 500 Bs por cada taxi para llevar cinco personas hasta El milagro? ¿Cómo hacemos turismos si no vi un transporte decente para el pueblo marabino, sino los famosos, y hasta considerados patrimonio de la ciudad, “por puestos”? Montarse en estos vehículos es una hazaña, porque el estado de los carros, de cualquier marca, es un desastre, oxidados, contaminando con su humo a una ciudad que pide a gritos un cambio de mentalidad en su pueblo y sus autoridades.

Nos vamos de Maracaibo con un dejo de tristeza. Con las ansias de salir de una ciudad venezolana y poder compararla con cualquier ciudad del mundo, sintiéndonos orgullosos de verdad, de mostrar que estamos en el año 2014 y no aun en 1998, estancados, presas de nuestra miserias, de nuestra mente corta y falta de visión. De una falta de sentido de pertenencia que no depende del gobierno, sino de nosotros mismos, de una realidad que nos está matando ante nuestra propia pasividad y complicidad. Maracaibo necesita que el orgullo marabino salga y grite alto. Necesitamos más acciones y menos habladuría llena de supuesto regionalismo, que no ha servido sino para dividirnos y tratar mal al turista.

Maracaibo marginada.

Fernando Pinilla